La barca de mi vida
abre senderos en el mar
sigue su rumbo, decidida,
a llegar a puerto sin zozobrar.
Mil tormentas al acecho
golpean la nave sin cesar
el miedo atenaza mi pecho
mi fe me impulsa a luchar.
Navegante en la soledad del mar,
es el camino de la vida,
que todos debemos cruzar
aun con dolor y fatiga.
Apretando los dientes con fuerza
con brío y el sol en el corazón
alcanzaremos la orilla y la puerta
a la esperanza de un mundo mejor.
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