Soñaba el niño
que nadie le quería,
que sus lágrimas
a nadie importaban.
Pobre niño, se equivocaba.
Soñaba el niño
que el mundo no tenía dueño,
que todo era de todos.
Pobre niño se equivocaba.
Soñaba el niño
que había llegado
a un mundo de odio y rencor.
Pobre niño se equivocaba.
Soñaba el niño
que podía ofrecer
con los brazos abiertos,
su inocencia y candor.
Pobre niño se equivocaba.
Soñaba el niño
que para andar por la vida
debía guardar de daño su corazón,
astuto como la serpiente
y generoso como su madre le enseñó.
¿quien se atreve a decir
que el niño se equivocaba?
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