sábado, 6 de agosto de 2011

Parece que fue ayer.

Parece que fue ayer

que empecé a mirarme en tus ojos,
temblaba la sangre en mis venas,
era un niño asustado entre las rejas
de tus dos claveles rojos.

Parece que fue ayer

que emprendimos una vida de ilusión,
nacieron flores por el camino
que llenaron de alegría nuestro amor
y unieron para siempre nuestro destino.

Fue ayer, es hoy y será siempre nuestro querer.

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