martes, 31 de julio de 2012

El niño en un rincón.

Recuerdo que hubo un tiempo
que la vida era otra cosa distinta
éramos capaces de leer un cuento
sentados en un rincón de una finca.
La finca era nuestra ilusión
un mundo de sueños posibles,
eran posibles las risas
sabíamos vivir una emoción.
Vestíamos pantalones con el culo remendado,
pero habían gentes de toda condición
preocupadas por si habíamos merendado.
Nuestra alegría era una bendición.
Nostalgia direis que siento
y fíjate yo creo que no es eso
porque han sido los mayores,
los mismos que antes eran felices
que han retorcido la vida
en una espiral sin valores.
Querían para sus hijos un mundo mejor
y han ahogado sus infancias,
sin poder, les han dado todo,
pero no han tenido tiempo de darles amor.
Hace falta una cruzada de ternura,
que destierre el egoismo y la ambición,
nos enseñe a vivir mas despacito
y enseñar a los pequeños los caminos del corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario