domingo, 6 de octubre de 2013

Hambre en el mundo.

Ya sé que hoy es una utopía, pero de aquí a un rato puede convertirse en imperiosa necesidad.  Y si quiero ser sincero, que quiero, está claro, hace tiempo que estamos cerrando los ojos a una realidad que pesa como el azogue ó más, vaya que sí.
Vayamos a ella. Por un lado veamos a los millones de habitantes de la tierra que se mueren de hambre todos los días. Se puede decir más fino, pero no será más verdad ni mentira. Y por otro lado hay millones de hectáreas de terreno criando malas hierbas. Tierras que con las semillas adecuadas están llenas de trigo, frutas y verduras para que nadie se muera de hambre nunca más. Y digo yo, si hemos conseguido crear la bomba atómica y la de gasear y también el mocho para fregar,
alguien tiene que haber con talento, por ahí, que sepa encontrar la solución para poner en marcha este tema. No se trata de quitar a nadie nada, eso es otra cosa, pero si no permitir que ni un palmo de tierra esté tan tranquilo, sin contribuir a la acuciante solución de acabar  con el hambre en el mundo. Es que hay comer coñe, pero todos, y no quedarnos tan tranquilos con aquello de que “ a mí no me afecta” Repito, sin quitar nada a nadie, si no es necesario, inventen planes agrarios , estudien las tierras yermas allí donde se encuentren y de paso se acaba con el paro. Creo que sobrepasa mis conocimientos pero seguro que si observamos a los chavales que se mueren y los adultos que han llegado a mayores retorciéndose las tripas, se nos ocurren a todos un montón de ideas buenas para que las pongan en marcha los que saben de estas cosas.



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