lunes, 20 de septiembre de 2010

La rosa y la galleguiña.

La niña no vió la flor,
y sin querer pisó la rosa,
lloró lágrimas de candor,
viéndola en el suelo rota.

Recogió los pétalos heridos,
los besó,con tierna emoción,
y con sollozos muy sentidos,
a la rosa imploró perdón.

La flor,mirando a la niña,
le contestó,entre sollozos,
no me llores galleguiña,
que tus besos son mis gozos.

La niña se fué felíz,
con la flor en su corazón,
sonriendo por su deslíz,
que trajo alegría a su razón.




Si mira.

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