lunes, 11 de abril de 2011

A mi esposa.

Te recuerdo pequeña y bonita,
con una sonrisa bordada en verdad,
cabellos de oro y cara limpita,
todavía una niña, y ya eras mi felicidad.

Mi memoria, que guardo en tu regazo,
dulce escondite de un amor hermoso,
me recuerda nuestros besos y abrazos,
lágrimas limpias de dos corazones,        
fundidos en un pensamiento generoso     

Yo no sabía entonces decirte
tan claro como te digo ahora,
que si tú mucho me quisiste,
yo he sido siempre un corazón que te adora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario