domingo, 16 de octubre de 2011

La alegría de la amistad.

Los poetas, a menudo, son almas sencillas que normalmente viven en un nivel diferente al del resto de la gente que sufren los zurriagazos de la vida. Frecuentemente se suben en una nube de flores y lunas, rodeadas de estrellas plateadas y desde allí tratan de consolar a los pateados por las hienas de pelo gris y colmillos de cuchillo. No sé quien hace mas daño si el que muerde sin misericordia, o el que aplica una poesía en la herida a modo de venda milagrosa. Yo creo, como todos, que primero es curar la herida, dar sosiego al que está sufriendo y cuando su alma esté calmada con el bálsamo de la amistad, háblarle de poesía, y de lo que sea. Sin olvidar dar una "patá" en el culo al de los colmillos. ¿lo pillais?, claro que sí.
                                                                                                                       
La poesía de verdad está en los pequeños gestos de entrega de la amistad. Esa palabra amable a tiempo, ese ratico de compañía al que la necesita. La poesía está en la mirada de ojos emocionados que comprenden tu sonrisa. Está en esos silencios, tan llenos de ternura, que nos llenan de paz interior.

Bueno hala, he querido decir que los poetas son buena gente, pero es que a menudo los demás no están para muchos versos.
                                                             

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