Me parece vivirlo ahora mismo. Tenía cinco años, me
encaminaba por primera vez a mi Colegio. Era mi primera aventura importante.
Digo mejor , era el primer acontecimiento que ponía en marcha mi vida. Fue una
sucesión de secuencias que
se grabaron para siempre en mi memoria. La alegría
desbordada de los otros niños, los sonidos que registraron sus gritos ,
sus juegos en plena calle, hasta las campanas del
ayuntamiento cercano se añadieron a la fiesta con su toque de nueve campanadas
que dieron inicio a nuestra primera entrada a un mundo nuevo, a un mundo
desconocido que pondría en nuestras manos, aún inconscientes , las guias para
correr los primeros caminos del saber , de la inocencia , de la honesta
convivencia . Aquel día supe que tenía que aprender a vivir y a obedecer
a mis maestros. Eso si era nuevo, la aparición de la primera autoridad
que acabó para siempre con mi autonomía de rey de mi casa. Tambien hizo
su aparición el trabajo en el Colegio . Estaba cambiando mi vida . Aquel, ya
lejano , primer día se abrieron las puertas de mi vida poniendo los fundamentos
a un futuro que ya está aquí, que ya me acompaña y que, como siempre , me ayuda
a caminar aun cuando con paso menos firme que aquel primer día escolar.
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