domingo, 12 de junio de 2011

Han perdido la voz.

Murió el campanero,
la campana quedó muda,
sus tañido altanero
duerme en la torre oscura.

Quedó en un rincón de la casa,
triste el viejo violín
se fue el maestro que lo tocaba
sus notas se oyen en el espacio sin fín.

El jilguero en su balcón
perdió su alegre canto,
encerrado en su jaula prisión
fue su última canción,
del jilguero el triste llanto.
  

                                                          

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