Escribo igual que respiro,
digo lo que siento a golpes de corazón,
a que me leais hoy ni siquiera aspiro,
besaros mas allá de mi vida es mi razón.
Quiso besarme mi padre mientras moría,
pero no llegué a tiempo a recoger su beso,
intento comprender el dolor que sufría
al abrir su última puerta,
y dejar su cuerpo muerto en el lecho.
En ese postrer momento, diose en recordar
cuantas veces pudo darme aquel beso,
y perdimos la oportunidad.
Por eso a todos os recuerdo
que todo tiene su momento y su lugar,
mas vale hacer las cosas a tiempo,
que luego, no tener que llorar.
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