sábado, 25 de agosto de 2012

El teatro. en prosa.

El teatro flota en una nube de magia,
en él, hay que entrar despacito, con respeto,
siguiendo con los dedos las filas de butacas,
percibiendo esa fragancia de la sala,
para llegar al ambiente brujo del escenario,
que es un santuario donde coinciden
las mil verdades y mentiras
que desgranan los artistas
para divertirnos o hacernos reflexionar.
El teatro une dos mundos en discordia,
el deseo y la imaginación
que se muestran en el escenario,
y los sueños y sorpresa del espectador.
Pero todos los teatros tienen
un soplo suave y apacible del aire,
que es el hálito de la comedia,
desde el mas humilde, que nos enamoró,
en nuestros viejos colegios,
hasta los majestuosos grandes teatros.
Escuchad, las voces de los artistas suenan a misterio,
elevando nuestros pensamientos hasta el infinito.
Los teatros huelen a sueños posibles.
Se apagan las luces del patio,
está subiendo el gran telón
guardemos silencio,
está empezando la función.

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