viernes, 10 de agosto de 2012

Oda a la silla.

Hay destinos en la vida
que merecen reflexión
decidme sinó es la silla
un caso de relumbrón.
Es la humilde silla,
y su hermano el sillón
que acaban siendo astillas
que alimenten el fogón.
Pero antes de llegar a la ardiente pira
nos fijamos en su oficio,
siempre mirando hacia arriba      
temiendo el gran impacto
de tantas clases de culos
provistos de otros tantos orificios .
Y en esta historia , como en todas,                   
hay diferentes clases de servicios,
unas a las visitas acomodan,
en muy remilgadas salas de estar,
son gente delgada y de refinada educación,
y no sueltan un pedito ni por equivocación.
La cosa se complica cuando son de comedor,
aumentan los tamaños traseriles
y los pesos, en muchos casos, es estremecedor,
todos alaban las viandas y sus vinos de Moriles
pero nadie tiene una palabra amable
para las pobres sillas
que han mantenido en vilo sus poderosos perniles.
Pero lo peor está por llegar,
y es el aflojar , con disimulo, los cinturones
porque es cuestión de ayudar
a tener unas buenas digestiones.
lo chusco del caso es que con ellas
llegan las manifestaciones
y con mucho disimulo
como buscando algo en el suelo,
desvían la trayectoria del culo,
y como serpientes sutiles
disparan peditos sin consuelo
que mas parecen certerisimos misiles.
Y llega el momento del café,
!!! Válgame el Cielo ¡¡¡ un escándalo descomunal,
pues ahora es cuando llega el repantingarse general.
A estas alturas de la fiesta,
el decoro está durmiendo,
los panderos se arellenan
y las pobres sillas, sufriendo.
Seamos pues agradecidos
con  las sillas un respeto
nada de traseros esparcidos,
y siempre el culo bien prieto.                                                            
                                    

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