lunes, 17 de septiembre de 2012

Mundo enfermo.

Parece todo una sinrazón
la sangre sube rio arriba
tiñe de rojo su corazón
convertida en una pócima dañina.

El mundo, en  frenético desenfreno,
ha perdido por entero la razón,
no atiende el consejo sereno,
solo obedece a un torbellino de pasión.

Es enfermedad lo que está sufriendo,
el mundo está cansado y envejecido
está agotado y le seguimos hiriendo,
y ya ha perdido el norte y avanza enloquecido.

Quién será capaz de enderezar el rumbo
de un mundo indiferente y egoista,
sin fé, sin el ideal de un destino fecundo,
muerta la ternura, sin la candidez de un artista.

Es preciso volver los ojos a la tierra y al mar,
es necesario mirar al cielo con emoción
se trata de volver a empezar
encontrar un rinconcito donde el mundo perdió la pasión.

Volver a sentir emoción por las cosas sencillas
abrir nuevos caminos a las cosas pequeñas
querernos todos y dejar atrás viejas rencillas,
enloquecerías si vieras la vida que ahora desdeñas.

Esperemos con pasión que ocurra un milagro,
un hecho sencillo que cambie para siempre el cauce
de tanto sufrimiento y tantísimo gesto agrio
pues ese es el milagro, el cambio personal a nuestro alcance.

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