En un viejo callejón de la ciudad,
era una tarde fría de invierno,
Atraido por la dulce armonía,
un viejecito,con paso lento,
se acerca con rostro feliz y contento,
aquella música le hace llorar de alegría.
Como aprendiste a tocar el violín,chaval?
esas notas no se aprenden estudiando,
y el niño le respondió
,abriendo los ojos de par en par,
señor,es que yo no tocaba el violín,
con muchísimo amor lo estaba acariciando.
El viejecito comprendió
y se alejó llorando.
Había asistido a un milagro de amor,
donde él creía que solo había
un crío tocando.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario