lunes, 20 de diciembre de 2010

La fobia a los belenes.(en algunos puntos de España)

Loado sea el Señor,
suenen trompetas y tambores,
Ha llegado,por fín,el clamor
que pone fín a los temores.

Nadie podrá negar
el peligro que entrañan los belenes,
verdaderas bombas naturales,
que una vez al año
montan en los colegios los chavales.

Durante siglos,montar el belén
ha sido un ejercicio maligno,
buscarle sitio al "cagané"
a la Virgen,a San José y al Niño.
Que si un río con agua de plata,
que una montaña de corcho,
unos pastores comiendo butifarra,
una luz en el fondo del porcho.
Hay que tener la mente muy clara,
para ver el grave peligro
que corre nuestra chiquillería
con tan detestable enemigo.
Las mentes de los hoy ya mayores,
han estado sometidas desde niños,
a tan obscenas manipulaciones,
que han vertido veneno
en sus mentes a los pobriños.
Hoy van por los arcenes
acusando verguenzas malignas
los montadores de belenes,
como antaño los leprosos
escondiendo sus estigmas.

Pero bienvenido sea el halowey
o como demonios se diga,
lo que importa es ser felices
comer muchas perdices
y si no es mucho pedir
sin tocar mucho las narices.

Me aplicaré el cuento
y digo con el máximo respeto,
que solo pretendo señalar
un exagerado intento por dar
a un simple juego visos de esperpento.

Montar el belén es solo un juego,
no es,no es,un auto de fé gravado a fuego.

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