viernes, 6 de agosto de 2010

Relato inocente.

Un niño llora en la soledad de la noche,no sabe,no entiende,solo siente miedo y ni siquiera sabe que es a lo que teme.
Como en sueños oye que alguien le dice que su padre quiere verle y darle un beso antes de irse.El niño no entiende. Donde quiere ir su padre al que adora. Lo meten en un viejo coche y lo llevan a una clínica donde el niño esto es lo que ve:
Un sala enorme con poca luz. Un camilla altísima de la que sobresalen unos pies grandotes con calcetines negros y no alcanza a ver más. Unos brazos lo upan y entonces ve a su padre que parece dormido y oye que le dicen :llora zagal que tu padre está muerto. El zagal ya no puede llorar. Solo quiere que su padre lo mire y le de un beso como siempre hace. Pero su padre se ha ido.Ya no oirá mas su voz,ya no le besará nunca más. Y el niño no entiende, no quiere entender. Se secan sus lágrimas para siempre. No habrá nunca mas risas con su padre.No mas juegos de infancia.Pero porque? Pregunta que solo puede responder la mas cruel de las muertes. Porque un niño a los pies de su padre muerto ya no es un niño.Quién sabe que es. Es el silencio no compartido, es un dolor no comprendido, es un miedo desconocido. Su cuerpo crece pero sus silencios, su dolor y sus miedos se cierran para siempre en su corazón de niño y niño y corazón no crecen más.Quiere vivir para siempre aquel momento que junto a los pies de su padre muerto aun oye sus risas, siente sus besos y juega con él su último juego de vida y de muerte.

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